sábado, 11 de noviembre de 2006

LA HISTORIA

La historia de esta banda que ha significado tanto para dos y hasta tres generaciones y para tanta gente en las dos últimas décadas (80’s y 90’s), lo primero en que se piensa es en desentrañar el origen de todo. El cómo se inició el asunto. Y para encontrarle el hilo y una lógica al nacimiento, desarrollo y posterior encumbramiento de una banda como Leusemia, habría que remitirnos, simplemente, a los primeros años de la década del 70, y junto con ello, escudriñar en la vida de los dos hermanos que han sido la única e invariable base del conjunto: Kimba Vilis y Daniel F.
Pues bien. Ambos nacieron y se criaron en Lima. Sus vidas transcurrieron entre los balcones y edificios de la Unidad Vecinal # 3, ubicada en el Cercado de Lima, muy cerca a otras Unidades Vecinales, como la de Mirones o las del Callao. Allí engullían todos los discos que pasaron por su casa: Hollies, Beatles, Stones, luego Woodstock, Zeppelin, Deep Purple, Uriah Heep, Black Sabbath, Slade, Alice Cooper, pero sobre todo Pink Floyd , Emerson - Lake & Palmer, Roxy Music, T.Rex... para luego zambullirse en Sham 69, Sex Pistols y Elvis Costelo. Lo asimilaban todo. Desde Gary Glitter hasta la misa en Si Menor de Bach .
Clasemedieros y no muy aptos para las tareas del colegio, los hermanos resuelven hacer lo que más les gusta: rock’n roll.
Sin ninguna preparación ni ayuda, los hermanitos comienzan a componer sus primeras canciones a mediados de la década del 70. Rock pesado, blues o emular el rock’n roll a como lo hacían sus maestros: los frenéticos Status Quo.
Sin mucho de donde escoger, la vida les transcurrirá como un interminable ir y venir de ensayos y “ huevéos”. Pero las canciones ya estaban amontonándose. Tenían que ser tocadas en vivo y demostrarse así mismos que estaban en el camino correcto.
Para finales de los 70’s, Daniel F se perderá en esas ruidosas sesiones de rock en vivo que había en locales como el Cecil Club o en el Tommy Club Bar. Esto despertará en el F la firme decisión de hacer cuanto antes una banda de rock’n roll. En Agosto de 1983, Leusemia ( Daniel F en guitarra y voz, Leo Escoria en bajo y Kimba Vilis en batería) da su primera presentación en público en un local llamado La Caverna (como los Beatles, paradójico ¿no? ) ubicado en el Jirón Moquegua, centro de Lima, al costado del Tommy. Y el debut no pasó para nada desapercibido. Tiraron abajo el local. Nadie podía creerlo. Estaban cantando sus propias canciones y en castellano!!, algo que nadie hacía en esos locales. ¡Y lo peor es que GUSTABAN!!. En esos años todos venían a repetir solo “éxitos” (las diez primeras, los grandes clásicos del ayer, etc.) pero nadie se atrevía a cantar sus propios temas, menos aún si eran en castellano. Pero Leusemia lo hizo. Hizo lo que siempre ha hecho y lo que sigue haciendo hasta ahora: no dejarse llevar por el entorno de moda o hacer canciones para buscar la aprobación de la mayoría.
“Yo estaba ya para irme del local, cuando derrepente escucho la voz de un pata que está hablando por el micrófono. Y luego escuché algo que parecía un volcán, una explosión. Fui de nuevo a la pista y vi a toda la gente saltando y bacilándose como la puta madre. Vi el escenario y allí estaba un flaco con cara pálida, cantando algo en castellano. El bajista solo se paseaba por el diapasón sin hallar nunca la nota correcta. Y el baterista trataba de reventar los platillos a como de lugar. Me pareció lo más bacán de la noche, y lo más bacán en mucho tiempo dentro de la escena rock de esa época. Luego supe que la banda se llamaba Leusemia, y que estaban mucho más locos de lo que uno hubiera imaginado.”
Tras aquel auspicioso debut, vuelven a tocar en ese local, pero las estrellas del Jirón Moquegua, el grupo de covers Up Lapsus, impide que Leusemia siga tocando en ese sitio por temor a que su reinado quede en el pasado, pues la gente ya comenzaba a hablar de una “nueva gran banda” llamada Leusemia.
Ante este boicot (el primero de una serie de mil ), nuestros héroes no se amilanan y deciden ser más grandes que Up Lapsus (¿alguien se acuerda de ellos? ¿alguien sabía que existieron y que solo daban risa y pena al verlos copiar a Led Zeppelin o, en el colmo de los ridículos, disfrazarce como Kiss? ) y su primera presentación fuera del ghetto lo dan en la Escuela Nacional de Bellas Artes, en Setiembre del 83, junto a bandas de peso como Abiosis, Cimiento y Temporal. De allí para adelante la historia de Leusemia se transformará en la de aquellos pocos nombres que han logrado traspasar las barreras de lo anecdótico, de aquellos pocos nombres en la historia de la música que han logrado generar movimientos y engendrado y descubierto nuevos caminos y nuevas maneras de ver el fenómeno musical . Durante todo 1984 Leusemia se encargará de triturar todos los oídos y todas las mentes estancadas que aún mantenía el rock de ese tiempo. Dieron tocadas memorables en sitios como el Agustino, Comas, Rimac, etc., hasta llegar al corazón mismo del distrito de Miraflores: la Concha Acústica del Parque Salazar. Allí dieron una de las presentaciones que más recuerdan todos aquellos que luego formarían bandas subterráneas. Gente de Narcosis, Conflicto Social, Eructo Maldonado, Flema, SdeM, Excomulgados, Eutanasia, Radicales, QEPD Carreño, Pánico y varios más, dijeron que ver allí a Leusemia les dio más fuerza en su decisión de hacer una banda de rock .
En aquella ocasión a los Leusemia les tocó la ingrata sorpresa de ver en los equipos de sonido a Pico Ego Aguirre, un ex rockero de los 60’s quien había declarado la guerra a los Leusemia, por ser solo unos “aprendices” que solo quieren “joder”. A pesar del boicot (otro más) el grupo levanta más gente de lo esperado y hace que aquel concierto (ante más de 3000 personas) valga la pena y quede inscrito en la historia.
Para 1984 el panorama musical limeño ya se a transformado en un verdadero hervidero de nuevas bandas: Silex, Fuga, Feiser, Climax.... Leusemia, mientras tanto, sigue aferrado al ideal de echar abajo el sistema anterior y su política de atacar verbalmente a los grupos comerciales los convierte en proscritos de la escena local. Solo unos pocos acogen a Leusemia y a sus tácticas tan poco ortodoxas. Solo los primeros grupos que tenían por política “cantar en castellano” (Abiosis, Soljani, Cimiento, Kotosh, Análisis, Arteria y otros) están con Leusemia y los invitan a sus conciertos. Leusemia, empero, comienza a tener los adeptos de línea más dura (punkrockers, hardcores, subtes radicales) y sus conciertos se convierten en verdaderas batallas campales, no solo por la rudeza del público, sino por el pogo, un baile que recién sacaría carta de adopción a principio de 1985, durante el “Festival Rock en Rio... Rimac” .
Ante tanto barullo, la prensa, los productores y los más conocedores del fenómeno (desde el punto de vista comercial) comienzan a acercarse al grupo. El diario el Comercio hará un alto a sus notas cojudas y le dedicará un buen pedazo de página a Leusemia con el título de “Un Fenómeno llamado Leusemia”. Una aparición por demás sorprendente, si se tiene en cuenta que los que siempre ganaban las páginas en el más leído diario del país, eran por lo general los artistas complacientes. La nota dejó en claro que Leusemia no era una banda más, y que tenían la personalidad suficiente como para hacerle frente a todo lo adverso que haya en el ambiente rock . Pero no todo quedaría en pequeñas notas y menciones en los diarios. La revista Ave Rok, en las personas de Alfredo Rossel y Franklin Jauregui hicieron contacto con Leusemia, una unión que, si bien no puede ser bien vista, terminó beneficiando a toda la naciente escena underground limeña, elevándola hacia cumbres jamás pensadas. La Industria puede destruir un ideal, pero también puede ser capaz de diseminarlo por todos lados y que el mensaje deje de ser oído por tan solo unos cuantos privilegiados. La prueba es que una revista tan mercantilista como Ave Rok terminó siendo -como dijo el mismísimo Daniel F- algo fundamental para que en 1985 la movida subterránea haga explosión y de una manera inédita en el país.
A mediados de ese 84, hace su ingreso al grupo Raúl Montañez, viejo guitarrero que, si bien le imprimió un poco más de fuerza al grupo, lo limitó -tremendamente- en lo que se refiere a repertorio. Hasta esos días, la gracia de Leusemia estaba en el hecho de tocar muchas canciones y de muy diversos cortes por cada concierto. Pero cuando entra Raúl, el grupo tiene que frenarse y dejar de producir tanto. Es así cómo el repertorio leusémico queda restringido a tan solo unas cuantas canciones, que las repetían y las repetían en todos los conciertos. Esta fue una de las causas para que se de una seria crisis que terminarían separando al grupo año y medio después. Pero todavía quedaba el año 1985. Y 1985 fue el año de Leusemia, fue el año del rock local y fue el año de la consolidación de un movimiento de jóvenes que recibió el patronímico de Rock Subterráneo. Y dentro de esta movida (¿o podemos decir ‘al frente’ ?) estaba Leusemia, quienes eran sindicados como los padres de todo aquello, como el innegable estandarte de un movimiento que ya no deseaba que el rock fuera solamente un divertimento al servicio de los estatutos convencionales de la música.
Para 1985 ya estaban en escena Zcuela Crrada, Narcosis (quien apareció en 1984), Autopsia, Flema, Pánico, Valium, Guerrilla Urbana, Sarita Colonia y los Desgraciados, S de M, Excomulgados y muchos más, que reinvidincaban no solo al rock, sino también a: la vida.
El rock subterráneo se encargó de poner en duda todos aquellos preceptos que nos querían hacer creer los menes de la Industria. Demostró que no se necesitaba ser un gran instrumentista para tocar una guitarra, un bajo o lo que sea. Demostró que no había que pasar, necesariamente, por una academia de música para lograr hacer música. Demostró que cualquiera puede cantar, pintar, hacer poesía, serigrafía, dedicarse a las fotos, hacer escenografía.... en fin. El “hazlo tu mismo” era toda una realidad en 1985.
Las producciones musicales subtes ya comenzaban a ser una realidad. El grupo Narcosis sería el primero en sacar un demo al cual titularon “Primera Dosis”. Luego Leusemia, junto a las bandas Guerrilla Urbana, Autopsia y Zcuela Crrada , lograron hacer un copilado bajo el título de “Vol. 1”. Luego seguirían las de Autopsia, Flema y otras más. Toda la tolvanera desatada en torno a Leusemia y en torno al Rock Subte, hizo que más de una empresa comience a echarle el ojo al grupo. Pero fue la casa de discos El Virrey, en la segunda mitad del 85, la que logró hacer un contacto mucho más certero. Fue la única que logró aceptar las condiciones del grupo: instrumentos para la grabación (pues ellos no tenían), tiempo suficiente y sin presiones para hacer el disco, almuerzos pagados por la compañía, seguro medico... en fin, cosas que a ningún grupo desconocido le aceptarían .
El único que no estuvo de acuerdo con hacer el disco fue Daniel F, aduciendo razones técnicas, lo cual era cierto, pues en el país aún no estaban dadas las condiciones necesarias como para lograr capturar ese sonido que el grupo deseaba para un disco.
Aún así, Daniel tuvo que aceptar la decisión de la mayoría y terminaron haciendo un disco cuyo valor más preciado es el de, simplemente, ser un documento histórico, pues musicalmente no era para nada el reflejo de lo que hasta esos días mostraban en un escenario y de lo que los hermanos Valdivia hacían en materia de música.
“Yo sabía ke el disco no iba a salir bien. Y para colmo el repertorio ke se escogió no fue el más representativo de la banda, pues se incluyeron canciones ke nunca habíamos tocado. Es más: habían canciones ke ni existían antes de entrar al estudio. De pronto todos (Raúl, Leo, Kimba) tenían canciones ‘escondidas’, y todos kerían un pedazo del vinil para ellos. Fue lo más tonto en materia de producción. Lo poco bueno ke tuvo aquella aventura discográfica, fue ke le demostramos a muchas bandas cojudas (los copiadores, los comerciales, etc.) ke no tuvimos ke hacer ningún tipo de concesión a nivel empresarial para lograr ke nos editen un disco. Fue nuestra pequeña gran venganza” ( Daniel F )
Aún con todo, aquel disco, sin difusión ni propaganda alguna, se convirtió en uno de los más vendidos de aquel año. Pero ya todo estaba dicho: Daniel abandona Leusemia entre Diciembre del 85 y Enero del 86, justo en los momentos en que el disco es uno de los más pedidos y se esperaba cualquier cosa del grupo, menos la separación. Kimba Vilis propone continuar con el nombre y con la banda, pero es imposible. Jamás el grupo hubiera sobrevivido sin su fundador. En el verano del 86 Leusemia se separa definitivamente.Recién iniciado el año 1995, Kimba Vilis y Daniel F se encuentran en el “Mamani’s Pub”, chingana ubicada en el jirón Quilca, en el centro de Lima, en donde suelen dar presentaciones todos los involucrados en el circuito marginal. Ese día coinciden con que Raúl Montañez también se encuentra allí.
Después de casi 10 años, Daniel F y Raúl entablan una larga charla. Yo fui testigo de todo aquello, y los comentarios de toda la gente reunida esa noche no apuntaban a otro punto: aquí le va a pasar algo.
Esa noche no recuerdo quien tocó. Y tal vez casi nadie se acuerde. Pero de lo que si nos vamos a acordar todos es del momento en que vimos a los tres ex-leusémicos, juntos, en el espacio destinado a los grupos (pues no había ‘escenario’) y verlos como se colocaban tras sus respectivos instrumentos. La gente (pub super lleno) se volvió loca. De un derrepente Cesar N, quien estaba de “maestro de ceremonias” aquella inolvidable noche, fue el encargado de anunciar, a voz en cuello y a los gritos, la presentación de ¡¡¡Leusemia !!!! .... Nadie de nosotros podía creerlo. Estaban allí, estaban tocando, y estaban sonando como siempre han sonado: vitrólicos, sucios, increíblemente honestos. Todo se vino abajo. El pogo fue de antología.
Aquella memorable noche tocaron sus clásicas (Un Lugar, Rata Sucia, Oirán tu Voz, etc) y lo hicieron por casi media hora. Fue suficiente. Más hubiera sido un asesinato masivo.
Luego de aquello, los integrantes de la banda propusieron el rearme. Pero no para hacer revival, ni para complacer a los mitómanos. Mucho menos para “hacer dinero” a expensas de la fama lograda. Leusemia tenía que volver y ser de nuevo la banda que vive siempre en el riesgo, en la contingencia, en la eterna beligerancia contra los patrones formales de la música. Leusemia siempre ha sido un grupo que vive al borde (y a veces afuera) de los límites permitidos. Y volver a tocar ofrecía nuevos retos, nuevos riesgos y nuevos peligros. ¿Podrían sobrevivir a su mito? ¿Saldrían airosos a pesar de su propia leyenda? Ese era el riesgo: el perder toda esa aureola solo por querer seguir en la brega y el seguir rompiendo fronteras.

No hay comentarios: